CENTRO CANINO AKRAMA CANTABRIA

AGRESIVIDAD
La agresividad en el perro es uno de los problemas más graves a los que nos podemos enfrentar y puede ser ocasionados por muchas razones (miedo, ansiedad, falta de socialización, dolor, experiencias traumáticas etc).
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El perro no es agresivo por naturaleza, solo hará uso de ella como mecanismo de defensa, a menudo debido a su dominancia o inseguridad. Antes de que nuestro perro llegue a manifestar un comportamiento de este tipo nos puede mandar una serie de señales (giros bruscos de cabeza, miradas que muestran el blanco de los ojos, agacharse con la cola entre las patas, quedarse quieto y rígido, mover la cola con tensión manifestando rigidez, gruñidos, ladridos excesivos etc).
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Las causas más comunes de la agresividad en perros son las siguientes:
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- Miedo o ansiedad, pueden provocar que el perro se siente amenazado o incómodo y por lo tanto expresar su agresividad como método de defensa.
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- Falta de socialización, que podría llevar a un perro a desarrollar agresividad hacia otras personas u animales.
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- Dolor, pues puede reaccionar de forma agresiva debido a las molestias.
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- Experiencias traumáticas, como el abandono o el maltrato, que pueden dejar secuelas emocionales.
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- Territorialidad, cuando el perro considera lugares u objetos como suyos.
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- Agresividad Intrasexual, generalmente por parte de machos adultos y dirigida hacia miembros del mismo sexo.
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COMO CORREGIR LA AGRESIVIDAD
En nuestro centro trabajamos la agresividad canina de forma práctica y segura a través de clases grupales controladas, diseñadas para ayudar a tu perro a gestionar sus emociones y comportamientos en situaciones reales del día a día.
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Durante las sesiones, simulamos escenarios cotidianos: encuentros con otros perros, paseos en zonas concurridas, visitas a lugares públicos o interacción con desconocidos. Todo esto se realiza en un entorno estructurado y supervisado por profesionales, garantizando la seguridad de todos los participantes.
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A través de estas dinámicas, el perro aprende a:
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Socializar de manera equilibrada, perdiendo el miedo y la inseguridad que suelen ser la raíz de la agresividad.
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Controlar impulsos y frustraciones, gracias a ejercicios progresivos y refuerzo positivo.
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Confiar en su guía (el dueño), fortaleciendo el vínculo perro-humano.
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El objetivo de estas clases no es solo corregir conductas agresivas, sino transformar la actitud del perro, dándole herramientas para desenvolverse con calma en su día a día.
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Con nuestra metodología, ayudamos a que los perros reactivos o agresivos recuperen el equilibrio emocional y aprendan a convivir en armonía con su entorno.​​​​
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